Es inevitable un aumento de temperatura importante en este siglo; por tanto, resulta fundamental para América Latina instrumentar procesos de adaptación. Dichos procesos incluyen cualquier tipo de ajuste en los sistemas naturales o humanos, o actividades en respuesta a los cambios previstos en las variables climáticas (IPCC, 2007).
De acuerdo al consenso científico se indica, con un grado de incertidumbre importante, que:
- Las concentraciones atmosféricas de 450 ppm de CO2e son consistentes, con 80% de probabilidad, con un aumento de la temperatura promedio global anual de 2oC por arriba de los niveles preindustriales.
- Las concentraciones atmosféricas de 550 ppm de CO2e son coherentes, con una probabilidad de casi el 70%, con un aumento de la temperatura global de 3ºC (Stern, 2008).
- En la actualidad se estiman concentraciones de 392 ppm de CO2 y 439 ppm de CO2e.
Frente a este escenario climático, la evidencia disponible indica que procesos de adaptación son una práctica común en las actividades económicas y los ecosistemas, sobre todo en referencia a la volatilidad climática e incluso, es la consecuencia natural de una economía más eficiente. Aunque la evidencia sobre estos procesos de adaptación es aún preliminar y fragmentada e incluso con resultados contradictorios (BID-CEPAL-WWF, 2012), existe un amplio portafolio de opciones de adaptación con resultados y consecuencias muy distintas. Por ejemplo, algunos procesos de adaptación deben evitarse ya que ocasionan problemas adicionales en el largo plazo; este es el caso, de una sobreexplotación de mantos acuíferos para compensar el aumento de la temperatura en las actividades agropecuarias (Galindo, 2009).
En este contexto, en la literatura internacional se incluyen diversas medidas sobre adaptación para los diferentes sectores:
- En el sector zonas costeras se destacan medidas como los ajustes en la regulación para la construcción y el mejoramiento de la infraestructura costera.
- En agricultura se pueden adoptar nuevas tecnologías, desarrollar nuevos cultivos e incursionar en programas de seguros.
- En biodiversidad se pueden incrementar las áreas protegidas y los corredores biológicos, mejorar los programas de vigilancia, así como las leyes y la regulación;
- En recursos hídricos se pueden realizar mejoras en la infraestructura y gestión del recurso, así como aplicar impuestos y otros instrumentos económicos, y en el sector salud será necesario mejorar la infraestructura, los sistemas de prevención y los sistemas de información.
Estas medidas pueden clasificarse de diversas formas, por ejemplo, atendiendo a la clasificación de Fankhauser (Fankhauser, 1998) se observa que muchas de estas medidas de adaptación corresponden a iniciativas públicas y/o privadas, con aplicación tanto nacional como local, mientras que otras corresponden a cambios tecnológicos o de comportamiento de los agentes. El conjunto de la evidencia indica que el cambio climático representa uno de los grandes desafíos de este siglo y solo solucionándolo será posible transitar a un desarrollo sustentable.
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